bio

Sangre Azul


"Sangre Azul" de Claudia Karabyn es la tercer muestra de Germen

Germen es un proyecto de muestras retrospectivas de artistas
caprichosxs,
independientes,
antiespectaculares,
que confían en su hacer,
hacen obra sin especulación
y por eso están en peligro de extinción.


Sangre Azul


Un jarrón de vidrio se me cayó al piso y caminé descalza. Vidrio roto en el suelo, rompió la protección fina de mi piel. La sangre comienza a correr: se mezcla con el polvo de la casa, las baldosas frías. Se pinta la casa con ese líquido viscoso. ¡Qué desastre! ¿Saldrá?

Las heridas coloniales no son algo del pasado. Octavio Paz dice que “las épocas viejas nunca desaparecen completamente y todas las heridas, aun las más antiguas, manan sangre todavía.” Si la sangre pinta rojo, ¿Cómo pinta la del Avatar? Sangre azul, sangre de reyes. Mitos y leyendas de un enigmático pasado feudal. Con la guillotina descubrimos que los reyes sangran igual que lxs demás. Sangre de pulpo, sangre de calamar. Claudia Karabyn busca atenta con su pintura los colores de un posible paisaje al que por suerte todavía falta nombrar. Sabe que en cada obra de arte hay un segundo de algo que es realmente peligroso. A pesar de eso su obra necesita pintar y con la paleta infinita del capricho, la piensa acompañar.

¿A donde nos lleva ese símbolo tribal?

Me vuelvo salvaje, antropófaga. Sutil se vuelve mi nariz, me relamo las heridas, las pupilas se dilatan. Agarro del piso cada pedazo. ¿Se rompió el jarrón? ¡Que se quede roto y no me vuelva a hinchar! Cada pintura: una parte del mapa de un territorio roto para armar. La alegría de compartir esa cartografía irrespetuosa y tener juntxs un lugar.

La pintura de Karabyn nace de una necesidad. Insistencia de pintura, el ritual de juntar. La artista se camufla en pinturas que simulan selvas pero son de otro lugar. En muchas pinturas de paisajes misioneros nunca aparecen humanes en el paisaje, como si esta tierra siempre hubiese estado desierta, esa fantasía colonial. Karabyn contamina esa convención tradicional, donde lxs artistas cumplen con un paisaje particular. Inventa máscaras en su mundo Chix’i, donde la pureza del mandato se mancha y aparecen zonas de contacto con lo contradictorio. Pinturas como ritual de exorcismo a un deber ser regional. Libre del peso de la tradición, la mano de la artista se suelta y abre puertas hacia espacios que hasta ahora no tuvieron lugar.

Venho para abrir as portas, felicidade me traz. O que há de tristeza nesta casa, Vá embora e não volte jamais.

La pintura se escurre de todo intento de encerrarla. Mil veces muerta mira y chorrea por cada grieta que queda descuidada. Una gota cae adentro del jarrón de vidrio que esta entero otra vez. Juntas, la pintura y Claudia se ríen y saben que se volvieron a encontrar.

En la memoria de Pamela, Roxana y Andrea.

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Claudia Karabyn – Mayo 2024 – Germen - Curaduría: Andrés Gorzycki – Posadas, Misiones